DHB: F̩nix de Zaragoza 20 РSitges 17

Ver Fotos (Gracias Fenix!)

Salíamos con retraso por gentileza de los “rancheros”, que llegaban a pie desde la estación. La espera daba para acomodar bultos en el autocar, entre los que se colaban algunos paquetes “sospechosos” con forma de packs cerveceros, según algunos ideales para recuperarse adecuadamente después del partido. Ya en marcha nos entregamos a los pasatiempos de rigor; lectura, música, cotilleos, cabezadita… todo bastante habitual, sin embargo, saltaba la sorpresa en la tercera fila, asiento ventanilla; Alejandro, pilar clásico, se entregaba con aguja e hilo a la costura y tuneaba unos pantalones Nike con el escudo del club, impagable. Al volante esta vez no aparecía Pacheco (rebautizado Chapeco durante el último viaje desde Valencia gracias a las reconstituyentes cervezas), sino que lo hacía Raúl, que sin prisa pero sin pausa desgasta autopista hacía Zaragoza, donde rendíamos visita al Fénix en el primer partido de la segunda vuelta de la liga. Llegamos con tiempo al Velódromo, el estadio del Fénix, y aprovechamos para estirar las piernas y familiarizarnos con el campo. Al pie del cañón ya está Fredi, entrenador del Fénix y pieza fundamental del crecimiento del club maño. Volvemos al vestuario, del que salimos conscientes de la dificultad del partido, pero confiados en nuestras posibilidades.
Sitges: Furchi, Beteta, Óscar, Tiago, Joe, Pablo H., Ouail, Nic, Valentín, Facundo, Santiago, Ander, Mateo, Miguel, Malcolm. También jugaron Tomás, Hernán, Alejandro, Emiliano, Albert, Óscar.
Vuela el oval y se enciende una grada de aspecto magnífico. El Fénix toma el mando y visita el campo del Sitges, que defiende la inicial tromba de los locales con orden y contundencia, sufriendo, pero sabiendo sufrir cómo no puede ser de otra forma ante la gran diferencia de kilos y centímetros con el pack rival. Tenemos poco el balón y lejos de la línea de marca maña, aunque nos resulta suficiente para castigar sus indisciplinas y sembrar la inquietud entre la afición, 0 a 9 después de tres certeros y lejanos golpes de castigo al paso por el minuto 20 de partido. El Fénix seguía atacando, sus relanzamientos con los delanteros casi siempre ganan línea de ventaja y hacen redoblar los apoyos defensivos. Una melé dentro de la 22 supone nuestro primer desajuste defensivo y el ensayo del número 8, que se levanta para ensayar con demasiada facilidad, 7 a 9 después de la transformación. Nuestra siguiente visita a campo contrario, apenas tres minutos después, termina con un nuevo jarro de agua fría para los locales, que sufren un drop preciso que deja el 7 a 12 en el marcador, aunque después del mismo saque de centro una indecisión nos provoca una pérdida que supone el consiguiente golpe de castigo, 10 a 12. La dinámica no cambia, el Fénix domina pero no vence nuestra resistencia, y nuestro error en esta fase del partido es jugar al pie situaciones propicias para contragolpear a la mano. Al descanso llegamos con el 10 a 12, el primer objetivo está cumplido.
Agua y cambios, necesarios ambos debido al esfuerzo.
El partido reanuda sus señas de identidad, los delanteros agrietan la defensa sitgetana pero no terminan de romperla, resistiendo también los menos pero igual de peligrosos ataques de los tres cuartos locales. La exigencia y el desgaste defensivo es máximo, y un pequeño error en la presión genera un espacio que el buen centro local castiga inapelable, 17 a 12 para el Fénix. Corríamos el peligro de venirnos abajo una vez superados en el marcador, pero nuestra mentalidad nos lleva a seguir luchando y a tomar la iniciativa por momentos en el partido. Encadenamos algunas buenas fases, aunque notamos el esfuerzo y la falta de automatismos. El partido ya no tiene un claro dominador, y queda abierto a cualquier desenlace. Un lateral en la 22 del Fénix favorable al Sitges termina como nadie habría apostado; maul y ensayo, 17 a 17 con 14 minutos para el final. Espoleado por el público el Fénix vuelve a la carga, el cansancio es mayúsculo y los problemas aumentan exponencialmente al sufrir una rigurosa amarilla. La falta de oxígeno en el cerebro es casi tan mala o peor que la de los músculos, y nuestra indisciplina nos cuesta un golpe de castigo que sería al final el de la sentencia, 20 a 17 a 5 minutos del final. Salimos de centro a por todo, y las oportunidades se presentan; tres laterales consecutivas a cinco de marca maña que no podemos resolver, y que nos condenan para euforia local. 20 a 17 después de un buen partido, emocionante, trabajado por dos equipos que han crecido, y premiado por la grada con pasión.
Excelente tercer tiempo, nos cuesta arrancar de vuelta. Gracias al Fénix por el trato y enhorabuena por su excelente temporada, esperamos vernos pronto.
Ya en el autocar, la derrota se diluye como un azucarillo a medida que avanzan los kilómetros y van haciendo efecto los “reconstituyentes”. Bautismo de Emiliano, Alejandro y Joe, que canta sin parar cual Rafael irlandés. Beteta rapea con tino y para colofón, “el club de la lucha”, afición singular.
Desde el sénior desearos BUENAS FIESTAS A TODOS, disfrutarlas a conveniencia en la mejor de las compañías posibles.