MEDIO FONDO ON TOUR

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Este fin de semana nos hemos desplazado a Euskadi para correr la famosa carrera entre Behovia y San Sebastián.
El viernes por la mañana partíamos a bordo de nuestro coche oficial para desplazamientos giputxi Buenechea, que actuaría como anfitrión y “guía” durante el fin de semana, Humbert Aldomá, Joanet Casals y Paco Ramos.
Parada en Gorriti para degustar buenas alubias y chuletones en el restaurante de la familia del mítico boxeador José Manuel Urtain. Alguien tomó sopa de pescado, pensando que estaba todavía en Sitges.

Llegamos a Donosti, nos instalamos en casa de Ramón. Mamá Buenechea, a la que desde estas líneas le agradecemos enormemente su hospitalidad, realiza las tareas de recepción y adjudicación de aposentos.
Vamos al velódromo de Anoeta a la feria del corredor a recoger los dorsales, ya se palpa el gran ambiente que tiene esta prueba.
Salimos a tomar algo, muchos pinchos, mucha lluvia, algunos gin tonics, muchas risas. En cada bar que entramos oímos hablar catalán. De los 25.000 inscritos 4.000 son catalanes.
Sábado por la mañana, superadas las primeras pruebas de ronquido. Hacemos en coche el recorrido de la carrera para familiarizarnos con él, no sin antes habernos extraviado un par de veces y haber infringido algunas normas de tráfico.
Comemos en Hondarribia, feudo del golfista Txema Olazábal, tomamos café en su precioso parador nacional tras algún problemilla con los semáforos del pueblo, y nos encaminamos a Biarritz para asistir al partido del top 14 entre BO y USAP. Sigue lloviendo. Al final del partido USAP aprieta, nos venimos arriba y sacamos la estelada, giputxi aguanta estoicamente.
Volvemos a San Sebas, pasta party organizada en un restaurant para los corredores, y a las doce todos en la cama.
Domingo, siete y media de la mañana, todos arriba, es el gran día. Esta vez alguno no ha superado las pruebas del ronquido. Desayunamos, nos preparamos y nos dirigimos a la estación para tomar el tren que debe llevarnos a Irún. Tren abarrotado, durante el trayecto unos hablan, bromean, otros duermen y algunos aguantan desvaríos de frikis claustrofóbicos.
Tras media hora de viaje llegamos a Irún. Ahora a coger los autobuses que nos llevan a la salida. Mucha lluvia, mucho viento y alguien de nuestra expedición suelta de repente un lacónico “¡valiente embarcada!”.
Hemos dejado la ropa en consigna, estamos debajo de un puente esperando nuestra hora de salida, mucha lluvia, mucho viento, mucho frío.
Se acerca la hora de salir, el ambiente es indescriptible a pesar de la que está cayendo. La gente está contenta y animada, muchas banderas catalanas, música a tope y…..salida de corredores.
Los cinco primeros km discurren por Irún con lluvia y muchísima gente animando. Tras dejar la ciudad la lluvia aminora, nos encaramos al km 6, la subida de 2 km al alto de Gainxurizketa y primer tour de force del recorrido. Entramos luego en la zona de 3km toboganes y el llamado rompepiernas, segunda dificultad del día. Sigue habiendo mucha gente animando, alguien dijo que corriendo la Behovia se había sentido como un ciclista en el tour de Francia y no le falta razón. Bajada a Lezo, tres km por el puerto de Pasaia y a encarar las dos fuertes rampas del alto de Miracruz. Si salimos vivos la carrera está casi hecha!!
Coronamos el alto y bajamos hacia Donosti, la animación es indescriptible, se me pone la piel de gallina al escribir esta crónica y recordar el momento. Tres km más y la ansiada llegada, el público nos lleva y cuesta menos correr.
Llegamos todos sanos y salvos y en tiempos mejor de lo esperado, los entrenos en Sitges han dado sus frutos. Los cuatro coincidimos en la grandeza de la carrera, hemos disfrutado a pesar del tiempo.
Volvemos al “hotel Buenechea”, ducha, comida y para Barcelona, no sin antes reiterar el agradecimiento a mamá Buenechea por haber cuidado a cuatro niños algo creciditos.
En resumen fin de semana de camaradería, risas, rugby y esfuerzo, ingredientes que aseguran el éxito de la operación.
Imágenes no tenemos, con la que cayó no estaba la cosa para modelos, además, oí una vez comentar a un sabio alavés que “lo que pasa en las giras queda en las giras”.
Que la fuerza os acompañe.