DÍA DEL CLUB

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No era el primer día de rebajas y la puerta del Corte Inglés, pero viendo a las 10 de la mañana la aglomeración de gente billetes en mano bien podría parecerlo… Eduardo atendía con su voz y maneras aterciopeladas a todos los que querían apuntarse a última hora al día del club, una avalancha que rompía las previsiones y hacía retrasar la foto inicial y el inicio de los partidos más de una hora, pocas esperas fueron tan dulces al ir comprobando como el campo no paraba de llenarse de más y más jugadores de todas las edades.
A eso de las 11:15 se cerraba la inscripción y nos juntábamos todos a pie de campo para ponerle a Jaume Andreu nuestra mejor sonrisa; fotos, unas cuantas para luego hacer photoshopping y agruparnos a todos en una sola ¡¡¡éramos tantos que no podía encuadrarnos!!!
Y después a jugar; nuestros babys sobre la arena con papás dándoles réplica y mamás mirándoselo a lo vigilante de la playa, prestas al socorro.
Sobre el verde a lunares tierra en que se ha convertido nuestro campo gracias a los “mimos” del ayuntamiento, la marabunta naranja (color de la camiseta oficial para goce de la colonia holandesa) empezó el torneo de seven. Doce equipos en los que se habían agrupado a las familias por equipos; un gustazo ver circular el oval de padres/madres a hijos/as y viceversa, entre hermanos, al vecino, al desconocido…
Cabían infinitas combinaciones, pero un solo resultado; maravilloso, sencillamente maravilloso.
Del rugby vamos a hacer algunos apuntes; algún padre vino con estrategias desde casa, balón al hijito que se le cuela por entre las piernas directo a marca… alguno que se sube al niño con el balón a caballito y sale a galope tendido… hoy lejos de protestas y broncas al árbitro, a los rivales solo les quedaban ganas de sonreír.
Mientras, la parrilla humeaba.
Mientras, la nevera enfriaba.
Mientras, el sol a ratos.
Y fueron pasando las horas de esta mañana de cinco estrellas, con victorias derrotas y empates, con el rugby como protagonista uniendo emociones.
Contará la leyenda que hubo un equipo campeón, uno que venció en la final del torneo a otros dos que se turnaron jugando una parte cada uno al haber empatado en su serie… digno broche final deportivo; unos espartanos resistieron y vencieron a tropas que les doblaban en número, pero no en ilusión ni sacrificio… 2 a 1 al final contará la leyenda, después de remontar el 0 a 1 inicial.
Final y todos al Mascotti´s bar/restaurant; bocadillo caliente y bebida fría, un tercer tiempo que también desprende luz, con amigos y familiares comentando las jugadas o la intervención de España por parte de la Sra. Merkel (es que también somos un club muy inquieto culturalmente, que lo tenemos toooooo).
Para finalizar, y en contra de los cánones que marcan una despedida alegre y distendida, os diré que también hubo algún despiste organizativo… alguna bilbaína que se quedó sin camiseta, aunque muy comprensiva ella… tomamos nota, que de eso se trata, de seguir trabajando.
Gracias a todos los que disfrutasteis de este día del club, ya sea asistiendo o alegrándoos de que todo saliese bien.