El sábado nos jugábamos la última fecha del campeonato, disputando la medalla de bronce. Enfrente tenÃamos nuevamente al Hospi, equipo que nos habÃa ganado dos veces por mÃnima diferencia durante el año a base de corazón y garra. La verdad es que los jugadores tenÃan una espina clavada y durante la semana se habÃan conjurado para ganar el partido y acabar terceros en la liga.
El dÃa comenzaba difÃcil. Muchas bajas de último momento nos obligaba a repartir los jugadores entre el A y el B como podÃamos. 15 jugadores justos para el A y a dejar todo en el campo que es en donde se escribe la verdad.
Y los jugadores vaya si se lo tomaron en serio. Envalentonados pese a la derrota con el Sant Boi, pero conscientes de lo que podÃan dar, arrinconaron al equipo local desde el minuto 1 de juego. Tan es asà que el Hospi solo cruzó la mitad de la cancha en dos oportunidades durante todo el primer tiempo. La superioridad del Sitges era abrumadora pero el dominio no se reflejaba en el marcador. Nos faltaba la estocada final, fallábamos el último pase… Asà y todo acabábamos el primer tiempo con un 0-12 a nuestro favor producto de un ensayo de Dani G y otro de Blai.
En el entretiempo corregÃamos un par de detalles pero lo principal era concientizar al equipo que debÃamos seguir asà y que no podÃamos aflojar ni un segundo ya que sabÃamos que el local era un equipo que se caracterizaba por su espÃritu y su garra para competir.
Y lo previsible sucedió. Pero esta vez la historia no se volvió a repetir!!! El Hospi salió como una tromba a jugar el segundo tiempo y logró instalarse en nuestro lado del campo. El local iba e iba hasta que lograba un try luego de un kick alto a cargar. Estábamos en el punto de inflexión. El que inflara el pecho en ese momento se llevarÃa el encuentro. Y el Hospi siguió viniendo y viniendo. Y el Sitges se defendió con uñas y dientes durante unos 10 minutos eternos. Desde afuera del campo se nos ponÃa la piel de gallina al ver como nuestros jugadores defendÃan su ingoal, su orgullo… y asÃ, frenando embestida tras embestida el Sitges consiguió salir invicto del asedio local. A partir de ahà todo volvió ser del visitante. Dos nuevos trys apoyados por los mismos jugadores más un golpe de castigo transformado dejaban el 7-27 final.
El mejor partido del año sin lugar a dudas. El equipo tuvo juego, hambre para ganar el partido y fiereza para defender algo que estábamos convencidos que era nuestro. Los quince jugaron como uno. Felicidades!!!
Ahora, a disfrutar de Marbella, a seguir aprendiendo en el CPT y a divertirnos con el seven.
Un abrazo grande a mis jugadores! Gran final de temporada!
Fede